Llegada de la Selección al estadio Carlos Tartiere (Oviedo) La selección española jugó en Oviedo (Asturias) un partido vital de cara a la c...
Llegada de la Selección al estadio Carlos Tartiere (Oviedo)La selección española jugó en Oviedo (Asturias) un partido vital de cara a la clasificación de la Eurocopa 2008 que logró ganar por dos goles a cero, pero realizando un juego triste y soporífero. Viendo la apática actitud de Luis Aragonés durante todo el encuentro no es de extrañar que sus pupilos salgan con esa desgana al campo. El Sabio de Hortaleza parece abatido, deprimido y sin ganas ni motivación para seguir con su trabajo, algo que, irremediablemente, acaba afectando a los jugadores. No se puede jugar un partido en el tu entrenador transmite una pasividad y desgana fuera de lo común, y sin dar indicaciones para una mejor colocación. No sé puede animar a un equipo a lograr una victoria cuando ni tú mismo crees en ella. Al contrario, lo único que puede lograr Luis en estos momentos es transpasar su triste estado anímico a los jugadores. El seleccionador, para culminar su amarga noche, dio plantón a los periodistas y decidió no hablar hasta la fase final de la Eurocopa. Quizá la bronca que le soltó el público asturiano le afectara, quizá esté enfadado con los periodista por no contar la verdad (es lo que alega), pero fuera cual fuere la razón, dicho comportamiento no puede ser tolerado por la Real Federación Española de Fútbol y el señor Villar debería tomar ya cartas en el asunto. Algo que creo no hará porque si destituye al técnico le tendrá que pagar el año de contrato que le queda y la situación de la Federación no es que esté en su mejor momento "gracias" al malhacer de su presidente. Obviamente, si Luis dimite, no obtendrá sus honorarios y, conociendo al sabio, tampoco está dispuesto a renunciar ni a un euro aunque no le queden ni fuerzas ni ganas para desempeñar este cargo. Por lo tanto, los máximos perjudicados seremos los españoles, que tendremos que seguir viendo cómo nuestra selección absoluta de fútbol sigue sin lograr nada, mientras que las categorías inferiores siguen ganando títulos o disputando finales, tal y como pasó este año con los Sub’17 que a punto estuvieron de ganar el Mundial. Sólo el azar (los penalties) les separaron de alzar la copa de campeones.
A pesar del mal juego, he de reconocer que yo me divertí mucho viendo el partido en el Carlos Tartiere. Por una parte, disfruté viendo fútbol de primer nivel en este gran estadio en el que juega el Real Oviedo ya que no estamos pasando por un buen momento, y, por otra parte, pude hacer un seguimiento mayor a los dos jugadores del Real Madrid. De Sergio Ramos poco puedo contar porque ante la apatía general el sevillano no pudo hacer gran cosas en sus subidas de ataque. Y de Iker Casillas sólo puedo corroborar lo buen profesional que es. Se pasa los 90 minutos completamente metido en el partido, dirigiendo a la defensa cuando es necesario y, a pesar de que el contrario llegó en contadas ocasiones al área, él en ningún momento perdió la concentración e intervino cortando, como siempre, grandes ocasiones de gol. Otro detalle que me llamó la atención fue ver cómo el único jugador que iba a celebrar los goles con el portero era Marchena, un detalle muy bonito por parte del defensa. También pude comprobar que Iker Casillas tiene muy en cuenta a la afición y, nada más terminar el partido, lanzó su camiseta al público y regaló todo lo que pudo a los niños que se le acercaban. Tal fue su dedicación, que justo antes de entrar en el túnel de vestuarios, ni corto ni perezoso, se quitó sus pantalones y los lanzó al público. Está claro que uno de los mejores portero del mundo, por no decir el mejor, sigue conservando su humildad y sabe apreciar y corresponder la entrega que la afición depositó a la selección española. ¡Bravo por Iker!
A pesar del mal juego, he de reconocer que yo me divertí mucho viendo el partido en el Carlos Tartiere. Por una parte, disfruté viendo fútbol de primer nivel en este gran estadio en el que juega el Real Oviedo ya que no estamos pasando por un buen momento, y, por otra parte, pude hacer un seguimiento mayor a los dos jugadores del Real Madrid. De Sergio Ramos poco puedo contar porque ante la apatía general el sevillano no pudo hacer gran cosas en sus subidas de ataque. Y de Iker Casillas sólo puedo corroborar lo buen profesional que es. Se pasa los 90 minutos completamente metido en el partido, dirigiendo a la defensa cuando es necesario y, a pesar de que el contrario llegó en contadas ocasiones al área, él en ningún momento perdió la concentración e intervino cortando, como siempre, grandes ocasiones de gol. Otro detalle que me llamó la atención fue ver cómo el único jugador que iba a celebrar los goles con el portero era Marchena, un detalle muy bonito por parte del defensa. También pude comprobar que Iker Casillas tiene muy en cuenta a la afición y, nada más terminar el partido, lanzó su camiseta al público y regaló todo lo que pudo a los niños que se le acercaban. Tal fue su dedicación, que justo antes de entrar en el túnel de vestuarios, ni corto ni perezoso, se quitó sus pantalones y los lanzó al público. Está claro que uno de los mejores portero del mundo, por no decir el mejor, sigue conservando su humildad y sabe apreciar y corresponder la entrega que la afición depositó a la selección española. ¡Bravo por Iker!
Durante estos días iré subiendo las fotos y los videos que hice durante el partido.
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