Crónica del amistoso España 0 - Alemania 1
Partido muy igualado entre los dos últimos campeones del mundo, jugado en su mayor parte bajo el agua caída en Balaídos. España salió con muchas ganas, llegando al área alemana con cierta facilidad, pero sin conseguir culminar con eficacia el último pase. Bien porque la zaga alemana cortaba la acción, por las buenas intervenciones de Zieler o, simplemente, por la falta de rodaje que aún tienen entre sí los nuevos talentos de nuestro país.
Poco a poco, el encuentro se fue igualando y Alemania también llegó al área de Casillas con peligro, haciendo que el capitán realizara un par de buenas intervenciones. Tras el descanso Ramos, Piqué y Sergio Busquets dejaron su puesto a Bartra, Albiol y Camacho, tres cambios que coincidieron con la mejor Alemania de todo el partido. La situación dio un vuelco y ahora eran ellos los que veían cómo sus ocasiones eran abortadas por la zaga o el meta local.
Por norma general, en estos encuentros tan igualados las diferencias se marcan con los pequeños detalles, y ahí Joaquim Löw le ganó la partida a Vicente. Tal y como estaba el terreno de juego, no me pareció acertado sacar a Kiko Casilla en el minuto 77 en lugar de Iker Casillas. Este último ya estaba metido en el partido y ya tenía una idea de cómo estaba el terreno de juego. Además, considero que un jugador de campo de refresco era mucho más necesario para sorprender con su energía al equipo rival. Sin embargo, nuestro seleccionador es de ideas fijas. Tenía previsto que debutara Casilla y, a pesar del cansancio que ejerce sobre las piernas de los futbolistas un césped tan mojado, decidió sacar al meta del Español.
Los alemanes supieron leer muy bien este cambio. No sé si por órdenes de Joaquin Löw, lo más probable, o por pura lógica. El caso es que un minuto después de la entrada de Casilla, Volland ya le puso en apuros con un tiro lejano, raso, para que bote de forma traicionera en un césped muy castigado por la lluvia. En esta ocasión, el cancerbero debutante logró desviarla a córner.
A falta de dos minutos para el final, Toni Kroos repitió la misma táctica. Disparo fuerte y raso desde la frontal que le botó al debutante Casilla justo delante, haciendo un extraño que no pudo acertar a desviar. He ahí el pequeño detalle que le dio el partido a la selección alemana. Un seleccionador debe tomar decisiones en base a lo que es mejor para el conjunto y no por querer contentar a un jugador. Un error muy comñun en Vicente del Bosque y del que parece no aprender.
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