Entrevista a Mark Simpson - Revista Oficial del Real Madrid (1991
EL FRANCOTIRADOR
Con la implantación de la línea de 6,25 el Madrid tuvo que desprenderse de uno del sus mejores fichajes de todos los tiempos Brian Jakcson, y comenzar la búsqueda de un sustituto natural adaptado a esa nueva regla que concedía tres puntos. Después de mucho buscar por fin parece que el Madrid ha encontrado su "ametralladora" de larga distancia.
- Cuando se graduó en bussines (negocios), allí por el año 84, en una pequeña universidad de apenas 1.500 alumnos, Mark Alien Simpson tenía perfectamente claro que su futuro estaba más ligado al baloncesto que a los negocios.
-Ya lo creo, soy un auténtico enamorado de este deporte y creo que es lo que más me gusta hacer. Mi carrera de bussines solo me servirá para saber qué hacer con mi dinero, pues no pienso ejercerla jamás. Tengo muy claro que estará ligado al balón cesto toda mi vida, ahora como jugador, luego como entrenador. Tengo Además la sensación de que voy a estar muchos años en Europa. A mi esposa y a mí nos encanta este Continente y, aunque aún es pronto, los tres años que llevo en España me hacen pensar que puedo estar aquí mucho tiempo. Antes en Bilbao y ahora en Madrid me doy cuenta de que este país tiene algo que nos atrae, que nos hace sentirnos, a mi esposa y a mí, como en casa.
- Mark Simpson hace un detallado relato de su vida como jugador de baloncesto en Europa.
- Siempre he estado jugando en equipos de ciudades pequeñas. En Salónica, la gente parecía que enloquecía cuando iba a un partido de baloncesto. Son muy apasionados, demasiado quizás. En Francia estuve en Normandía. Aquello era la tranquilidad más absoluta como una cura anti-stress. Me aburrí muchísimo además el equipo era bastante flojo. Así que me marché a Israel, Tel-Aviv, una ciudad que nos gusta mucho, tiene un clima muy bueno y todo el mundo habla inglés.
Kelly, la bellísima mujer de Mark. asiste a la entrevista y aprovecha para reivindicar lo que menos le gusta de la profesicn de su marido: los viajes. En Israel -comenta-los viajes eran muy cortos y Mark siempre dormía en casa. Aquí pasa mucho tiempo fuera y casi no tiene tiempo ni para estudiar español, pero, bueno, yo me conformo con verle tan contento, es la etapa que más feliz lo veo. Seguramente los viajes son el peaje que tenemos que pagar por estar en un equipo ganador.
- Mark sonríe mientras escucha a su mujer quejarse con el tiempo que no le tiene cerca, y prosigue su periplo profesional.
- Más tarde nos fuimos a Nápoles, pero aquella es ciudad de fútbol. Solo se oía hablar de Maradona y de "calcio", aunque cuando nos metimos en los play-off el recinto se llenaba hasta los topes.
- Kelly vuelve a intervenir diciéndole a su marido que me cuente como le llamaban. Mark sonríe sonrojado.
- Ya sabes como son los italianos y en la rueda de calentamiento hacían cánticos diciendo -"Simpson, Simpson, máquina de tirar"-. Después fiché por el Cajabilbao por dos años, buena gente y una comida impresionante, pero de verdad nada es comparable al Real Madrid, lo digo sinceramente. Cuando me venía para Madrid mis amigos del equipo de Bilbao me decían: "Mark, aquello no tiene nada que ver con esto". Yo no les hacía mucho caso. Mi experiencia en otros sitios me hacía pensar que no podía ser tan distinto y la verdad, me quedé corto. Esto es como jugar en la N.B.A. Aquí todo está organizado, los viajes, los hoteles... el club te mima, nunca te falta de nada. Los compañeros son como tus mejores amigos, como si los conocieras de toda la vida. Hacen sentirme querido por ellos, y a la vez te exigen el máximo esfuerzo. Son grandes profesionales y cada cual es mejor jugador que el otro.
- ¿Conocías al Real Madrid antes de venir a jugar aquí?
- Claro que sí. El primer año en Grecia ya me hice una idea del panorama continental y los grandes eran Madrid y Milán. Luego vinieron esos dos años malos, muy duros para el equipo, que yo seguí desde Bilbao. Pero ahora tengo la absoluta seguridad de que he tenido mucha suerte en aterrizar aquí este año, que es como el año cero, el comienzo de algo. Hay un gran ambiente y unas ganas locas de ganarlo todo, pero sobre todo la Liga. El equipo que tenemos está muy bien equilibrado y eso en baloncesto es muy importante. Los nacionales son de una calidad contrastada y son todos jugadores de primera fila, es por eso que aquí no hace falta estrellas sino trabajadores que ayuden al equipo y tanto Ricky Brown como yo somos eso, jugadores con experiencia que sabemos hacer nuestro trabajo y sabemos leer lo que el equipo necesita. Cuando Ricky esté bien esto 110 habrá quien lo pare. Dicen en Estados Unidos que es mejor tener dos armas que una, pues bien, aquí tenemos diez. Antes defendían a Chechu muy fuerte sabiendo que así el equipo quedaba cojo de tiro exterior, ahora Chechu y yo somos más difíciles de defender. Además Antúnez es otro gran tirador, y Llorente y Cargol y Villalobos no lo hacen mal, incluso Antonio y Ricky son buenos tiradores de afuera.
- ¿Has entablado amistad con algún jugador especialmente?
- Todos son buenos amigos míos, pero quizá con Quique Villalobos es con el que mejor me entiendo. Quizá sea porque Quique habla muy bien inglés y al vivir cerca de casa siempre vamos juntos a entrenar. Por la mañana vamos en su coche y hablamos todo en español; por la tarde vamos en el mío y hablamos solamente en inglés. Somos dos alumnos y dos profesores a la vez. Esa es otra cosa que me llama la atenciín en el equipo: todos hablan un buen nivel de inglés y así la comunicación es más fácil.
- ¿Creo que tienes contratado un profesor de español?
- Sí. Mi mujer y yo tomamos clase de español y queremos que nuestra hijita lo hable también. Por eso siempre le hablamos en inglés y en español. Además tengo toda la intención de estar en este club mucho tiempo y me parece lógico hablar el idioma de la gente que me rodea. Me gusta Madrid aunque es muy distinta a mi ciudad en USA que apenas tiene cinco mil habitantes. Aquí puedes encontrar de todo, pero también guarda un aire de ciudad pequeña. A mi me divierte mucho que la gente me conozca por la calle y me hablen como si me conocieran de toda la vida, me parece genial.
- ¿Qué tal con tu entrenador, George Karl?
- Bien es decir poco. Es la persona que yo conozco que más sabe de baloncesto. Es sin duda el mejor entrenador que he tenido. Cada entrenamiento hace algo distinto, sus sistemas son muy fáciles de asimilar por el jugador porque son muy lógicos y te das rápidamente cuenta de que te ayudan muchísimo. George siempre después de un partido está tan agotado como uno de nosotros. El vive el partido con gran intensidad, yo diría que lo juega más que dirigirlo. Con él tienes esa sensación de que tu jefe sabe siempre lo que estás haciendo y eso te da mucha seguridad. Además, mi juego es el ideal para el tipo de baloncesto de George, yo juego duro y concentrado y necesito que mi entrenador me ayude desde la banda y George jamás te olvida ni en la cancha ni en el banquillo.
- La bella Kelly interviene otra vez para recordar a Mark que cuente lo que le dijo hace dos temporadas en Bilbao. El sonríe poniéndose colorado y dice.
- Es verdad, hace dos años, en Bilbao, yo le dije a Kelly: me gustaría jugar en un equipo como ese y tener un jugador como ese. Jugaba el Madrid por la televisión y mira, dos años después encontré lo que quería.
Pues esto parece una historia feliz. Mark encontró lo que buscaba y nosotros parece que hemos encontrado el americano que buscábamos. Quizás no tengamos que seguir buscando ninguno de los dos.
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