Entrevista a Míchel - Revista Oficial del Real Madrid (1991)
En Febrero del año 1991, la Revista Oficial del Real Madrid publicó una entrevista realizada a José Miguel González, "Míchel".
José Miguel González Martín del Campo, más conocido por Míchel, está viviendo la temporada más amarga desde su ingreso en el primer equipo. Bien por esa acusada personalidad, que él mismo manifiesta, bien por el papel de líder de la famosa "cocina" que le han asignado, sobre su persona se han dirigido las más exacerbadas críticas, a su entender, la mayoría de ellas totalmente injustificadas. Míchel expone las causas por las que se rebela contra esa corriente negativa centrada en su persona.
- ¿Por qué se ha llegado a esta situación en cuanto a juego y resultados?
- Creo que nos falta un poco de tranquilidad y buenos resultados. Aunque poco a poco lo vamos consiguiendo, pienso que necesitamos tener más tranquilidad y debemos darnos cuenta de que somos un equipo que llevamos manteniendo muy buen nivel, tanto en España como en el extranjero, desde hace 5 ó 6 años y, como en todo, se necesita una reconversión. Creo que quizás es esto lo que nos está pasando. Lo importante y lo bueno del Real Madrid es que, a pesar de todo, estamos ahí arriba y que nos¬otros no vamos a perder la moral, vamos a seguir luchando hasta el final; primero, porque es nuestra obligación y, segundo, porque tenemos mucha confianza en nosotros mismos. Claro que se podría jugar mejor, pero...
- Lo importante ahora son los puntos, ¿no?
- En estas circunstancias, sí. Ahora, no tenemos más remedio que buscar un resultado positivo y dejarnos, no de florituras, sino de excesivo romanticismo en cuanto que hay que jugar bien y ganar, y luego, jugando ya bien, seguro que volvemos a ganar con brillantez.
- ¿Por qué crees tú que la crisis del Real Madrid adquiere tanta resonancia?
- Principalmente porque somos los mejores y está todo el mundo tan pendiente de abatirnos que cuando esto sucede se desborda absolutamente todo, se piden cabezas, se hacen críticas; pero lo que nunca se busca son soluciones. Yo, sinceramente, no he oído ni leído ninguna opinión que, a principio de temporada, dijese que íbamos a estar como estamos ahora. Todo el mundo se sube al carro de las críticas cuando el momento es cumbre, pero nosotros estamos por encima de todo eso y tenemos bien claro lo que ocurre y lo que tenemos que hacer para solucionarlo. Además -prosigue Míchel- hay gente que intenta sacar partido en todas las situaciones y ésta es una de ellas. Si no hablan del Real Madrid y de sus problemas, igual no tienen de qué hablar en el aspecto deportivo.
- Míchel, se habla de problemas en el vestuario, de desunión, de la famosa "cocina"...
- Se habla de tantas cosas.... Mira, en mi casa mi mujer se encarga de la cocina y si ocurre algún percance lo tiene que solucionar ella, no la vecina de enfrente, que no sabe cómo cocina mi mujer. Pues esto es lo mismo, por poner un ejemplo, que lo que ocurre en el Real Madrid. El trato entre nosotros está mucho más cercano a la amistad que al compañerismo, cosa que es normal porque llevamos muchos años juntos y los problemas los resolvemos hablando; entonces, de la misma manera que la gente que no es partidaria nuestra no soporta que ganemos, tampoco soporta que nos llevemos bien y, por eso, habla de la famosa cocina sin saber realmente qué ocurre en ella.
- Sin embargo, a ti te atribuyen el papel de chef...
- Yo creo que me atribuyen ese papel porque así soy un blanco más fácil de las críticas. En la caseta hay cinco o seis jugadores que por antigüedad o por cuestiones personales o deportivas es normal que tengan quizás una opinión más relevante, pero, a la hora de votar, todos los votos valen lo mismo.
- Míchel ha cambiado bastante en su forma de ser. Se muestra más frío, más escéptico a ciertas críticas que en épocas pasadas. ¿En qué has cambiado?
- Quizás un poco en el aspecto personal. Me fío menos de la gente y me influyen menos las opiniones de los demás. Equivocado o no, yo tengo mi personalidad y unas creencias primordiales sobre ciertos aspectos y situaciones deportivas y humanas, que tengo que llevar hasta el final.
- ¿Has antepuesto alguna vez cuestiones personales a cuestiones estrictamente profesionales?
- Yo creo que sí. Pienso que, en general, no se tienen muchas dudas sobre mí en cuanto al fútbol, pero la gente sigue pensando mal de mi manera de ser y creo que hay que estar por encima de todo esto, de lo contrario caes en la mediocridad de ellos. La gente te encasilla y a partir de ahí no puedes darle vuelta a la situación. Quizás si me hubiese tocado el papel de Emilio, cuando hace unos dos o tres años todo el mundo pensaba que era demasiado bueno y todo lo hacía bien, tampoco me hubiera agradado. Lo único que me importa en estos momentos es la opinión de mis compañeros y de mi entrenador. Hasta ahora todos los entrenadores que he tenido siempre me han puesto de titular, se supone que han confiado en mí, y sobre mis compañeros no tengo ninguna duda, también confían; los demás no me hacen falta.
- Sin embargo, ¿desearías que fuera de otra manera?
- A todos nos gustaría movernos en un ambiente mucho más agradable que en el que a veces lo hacemos, pero con eso hay que vivir, ése es el servilismo que pagamos por ser el equipo que somos.
- Otra cuestión que se le imputa a Míchel es la de ser el creador del llamado "clan de Las Rozas", un grupo que, según lo publicado, tiene -o tenía- un poder omnímodo dentro del vestuario blanco. ¿Que hay del mítico "clan de Las Rozas"?
- Lo del "clan de Las Rozas" es un ataque traducido, que lo llaman aquí. Alguien dijo eso pensando que nosotros hacemos y deshacemos, pero no es cierto. El "clan", ya lo he dicho muchas veces, lo formábamos uno que ya se ha marchado, otro que no está jugando y dos hombres, Fernando Hierro y Rafa Gordillo, que es difícil encontrarlos más inocentes y más buenos. Por encima de todo está la opinión del resto de los compañeros y del club, que saben que no hemos hecho nada. Esto ha sido una moda, y todas las modas vienen y se van solas. Además, de nada vale insistir sobre ese tema. La gente se cree lo que quiere. De todos modos -añade Míchel-, no es cuestión de economía ni de comodidad, sino de algo mucho más normal: por amistad. Si cada uno fuéramos en nuestro coche, la gente diría que las relaciones son malas. Como vamos todos juntos, dicen que son demasiado buenas. Lo que no entiendo es por qué la gente no se puede llevar bien, hoy es noticia el que nos llevemos bien y el que nos llevemos mal. Es como la noticia de que el presidente se lleva bien con nosotros. Eso no es una novedad.
- ¿Se ha llevado alguna vez mal?
- No, pero la gente se cree que cada vez que hablamos con el presidente es para pegarnos abrazos y besos. Lo que sucede es que esa gente lo desconoce todo, no sólo la cocina sino otros muchos aspectos y tienen que justificar sus críticas en su trabajo.
- Volvamos a la competición. ¿No me negarás que la temporada está siendo mala?
- Vamos a ver: en lo que se refiere a la Liga es cierto que se ha puesto bastante cara, aunque queda mucha competición por delante y nosotros nunca vamos a arrojar la toalla, vamos a estar ahí hasta el final, sólo esperamos recuperar nuestro tono normal. Por otra parte, hemos ganado la Supercopa, estamos inmersos en Copa de Europa y aún queda también la Copa del Rey. Habrá que esperar a que finalice la temporada para hacer un balance más justo de nuestra actuación.
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