Entrevista a Paco Buyo - Revista Oficial del Real Madrid (1991)
UN SEGURO A TODO RIESGO
Paco Buyo lleva lustro defendiendo la puerta más grande, esa por donde todo el mundo quiere entrar, cuantas más veces mejor, pues quien lo logra sabe que está cerquita de la eternidad. Por eso le llaman el portero del cielo. Pero lo tienen difícil: su misión es no dejar pasar a nadie. "Aquí no se cuela ninguno, por prisas que traiga".
Hugo Sánchez dijo, en cierta ocasión, que en el Real Madrid existía una "Quinta" paralela a la del "Buitre": la "Quinta del Macho". En ella englobaba a un grupo de jugadores con características similares dentro del equipo, hombres de juego racial, con una garra y un temperamento heredado de las ilustres glorias blancas de principios de los ochenta. Hombres como el propio Hugo, como Gordillo, Chendo... Como Buyo. También decía Hugo que de la perfecta unión de ambas "quintas" había surgido este Real Madrid actual, pentacampeón en Liga y favorito, siempre, en la Copa de Europa. Se había conjuntado la calidad de los jóvenes con la experta sabiduría de los veteranos. Engranar el fútbol-laboratorio con el juego a la vieja usanza tenía que dar, a la fuerza, exce-lentes resultados.
A sus treinta y dos años, Francisco Buyo Villalba no distingue grupos, aunque se identifique generacionalmente con los más veteranos. Pero, como dice él, "aquí la mayoría lo damos todo por el Real Madrid y eso es lo más importante". Sin embargo, a él le gusta hablar de "quintas", aunque las que le van sean bien distintas. Quinta es la Liga que desea ganar consecutivamente este año, en su quinta temporada como portero titular del Real Madrid. Cinco años fundamentales en la vida de un juga-dor que supo arriesgar en el instante preciso, que dio el salto en un momento óptimo de su carrera deportiva y que se mantiene con profesionalidad y tesón en lo más alto. Cinco años, un lustro, tiempo suficiente para hacer un pequeño análisis de su etapa blanca, dentro y fuera del terreno de juego. Es hora de hacer balance. Paco Buyo, ¿lo hacemos?
PRIMEROS RECUERDOS
- Paco, háblanos de tus inicios...
- Pues comencé en esto del fútbol como cualquier chaval, aprovechando la menor ocasión para jugar. Me inicié en el equipo de mi pueblo, el Betanzos, alternando el puesto de portero con el de extremo derecho. Por cierto que no se me daba mal eso de marcar goles. Recuerdo que llegué a ser el máximo goleador del equipo una temporada, aunque no sea más que una anécdota, porque lo mío era ser portero.
- ¿Conservas aún tus primeros guantes?
- Creo que sí, deben estar guardados en alguna parte de mi casa. Me los regaló un excelente amigo, el industrial Andrés Márquez, cuando debuté con el Deportivo de La Coruña. Fueron mis primeros guantes "serios", ya que hasta entonces jugaba con unos de lana. Don Andrés me apoyó mucho en aquella época, lo mismo que mis padres, ya que nunca interfirieron en mi carrera. Eran conscientes de que mi gran ilusión era ser portero de fútbol.
Y lo fue. Primero en el Deportivo de La Coruña, después en el Sevilla. Hasta el 22 de mayo de 1986. Ese día Buyo cambió el blanco sevillista por el del Real Madrid, cumpliendo así uno de sus sueños infantiles: defender el marco del mejor equipo del mundo.
VIVIR EL MADRID EN MADRID
- ¿Te costó mucho acoplarte a un equipo y a una ciudad nueva?
- No, fue todo sencillo. Madrid es una gran ciudad, te engancha rápidamente. No tuve ningún problema de adaptación. También me ayudó mucho el excelente recibimiento de mis compañeros. En ese sentido, debo decir que he tenido y tengo grandes amigos en la plantilla.
- Y desde el primer día triunfando. Has ganado todas las Ligas disputadas, una Copa del Rey y varias veces os habéis quedado en puertas de conseguir la Copa de Europa. De momento, un buen balance, ¿verdad?
- Sí, la verdad es que estoy satisfecho. Hemos realizado excelentes temporadas, obteniendo siempre como recompensa al¬gún título, pero... ¿Puedo decirte una cosa?
- Díme.
- Mira, podemos conseguir más. Estoy convencido de ello. Este año no hemos comenzado bien, pero puedo asegurarte que vamos a reaccionar. El equipo tiene muchísima calidad y eso sólo se refrenda con el éxito. Tenemos muchas cosas que decir aún, en la Liga y en la Copa de Europa, ya lo verás...
Tal vez tenga una vena política, ya que lo dice con una convicción que no deja lugar a la duda. Da explicaciones incluso a quien no se las pide. Se nota que está molesto, incómodo con la situación actual del equipo. Paco Buyo no está aquí de paso, para cubrir el expediente. En cinco años ha asimilado a la perfección la filosofía que impone este club en moldes no escritos: "vencer y convencer, defendiendo con orgullo a la entidad, por encima de todo". Es la consigna, y Buyo la conoce y la transmite dentro y fuera del campo, con la boca y con la mirada. De su voz nunca saldrá una palabra amarga contra el equipo. De su mirada sólo brota un brillo sincero. Es la mirada de un triunfador nato, de un hombre que va a vender cara, carísima, la derrota.
- Y es que hay pocos jugadores tan identificados con el Real Madrid como Buyo. Por eso todo lo que sucede en torno al equipo blanco le afecta. Y lo mejor y lo peor de su vida personal está íntimamente ligado a la trayectoria blanca.
- ¿Lo mejor en estos cinco años?, las Ligas ganadas. Es por lo que te sacrificas durante toda la temporada y al final es la mejor recompensa. Ganar la Liga llena de satisfacción, pero no sólo al jugador, sino también a toda la familia blanca. Directivos, cuadro técnico, masajistas, aficionados... Todos son partícipes de una labor que nosotros corroboramos en el terreno de juego.
- A título personal, ¿recuerdas algún partido con especial cariño?
- Hombre, hay varios que han tenido para mí un sabor especial, casi todos los de las Copas de Europa. Pero ahora que lo dices sí, hay uno muy importante en mi carrera con el Real Madrid. Fue ante la Juventus, en el "Comunale" de Turín. Jugábamos el partido de vuelta y vencimos en la tanda de penalties. Aquella era mi primera temporada en el club y esa actuación me sirvió de mucho. Sirvió para que el aficionado blanco comenzara a conocerme.
- Pero puede decirse que tu relación con la afición madrileña es inmejorable. ¿Amor al primer vistazo?
- Sí, es cierto. Desde el primer momento me han tratado muy bien, han estado a mi lado, apoyándome. Y eso es algo que se agradece, porque luego sales por ahí... No sé. En determinados campos no se nos trata muy bien a los jugadores del Real Madrid. Y no es un problema centrado en mi persona. Idénticas situaciones sufrieron otros porteros del club, como Agustín, Miguel Angel, García Remón...
- Ya que hablas de porteros, ¿qué podrías decirnos de los otros guardametas de la plantilla?
- ¡Que son buenísimos! Jaro es un hombre excepcional, seguro y trabajador, como ya demostró sobradamente en el Málaga. Lopetegui posee unas condiciones inmejorables, lo tiene todo para ser un gran portero. No podría destacar nada de ellos porque son muy completos, lo hacen todo bien. Tampoco conviene olvidar la brillante temporada que está realizando Canales, un chico formado en esta casa. Se nota que ha tenido buenos maestros.
- Pero tú, de momento, sigues de titular. Lo que debe ser duro, imagino, es jugar bien, estar lodos estos años arriba y no ser recompensado con la selección. Seis veces internacional, ¿pobre bagaje?
- Claro que lo es. Creo que debería haber jugado alguno más. Pero con este seleccionador, ¡qué quieres! De todos modos yo no voy a perder la ilusión (aquí su voz se vuelve irónica). Me estoy preparando para las Olimpiadas del 92. Espero tener más suerte con Kubala.
FUERA DEL ÁREA
- Fuera del terreno de juego. Buyo es una persona agradable y sencilla. Amigo de sus amigos, jamás esconde la mano a quien se la tiende animosamente y siempre saca un minuto, y una sonrisa, para charlar con algún aficionado que le consulte. Se le ve integrado y feliz. Y lo admite.
- Ser portero del Real Madrid es lo más grande, lo más importante. Aquí soy feliz, en este campo, con esta gente... (señala el Estadio y mira a su alrededor).
- Cuando no juegas o entrenas, ¿en qué empleas tu tiempo libre?
- Cuando salgo de los entrenamientos suelo tomar un refresco con los compañeros. También tengo mis aficiones, como cualquier persona. Me gusta el cine, leer, la música. Pero mi principal hobby es la familia: mi mujer y mi hija, de dos años. Estoy volcado con ellas y les dedico casi todo mi tiempo libre.
- Cuando Buyo habla de su hija (y lo hace cada diez minutos), su rostro se ilumina e irradia felicidad. Poco a poco vamos conociendo sus puntos débiles. Si le hablas de la familia salta su arteria sensible y se derrite.
- Me gustaría que mi hija me recordara, cuando me retire, como un buen profesional, como un hombre que se entregó en cuerpo y alma a su familia y a su equipo.
- Por último, Paco, ¿cómo ves tu futuro?
- Todavía no me lo he planteado. Me gusta vivir el presente. Y mi presente es ganar, este año, la Liga y la Copa de Europa. Luego, ya veremos. De momento me quedan dos temporadas aún de contrato con el Real Madrid y espero renovar por cinco o seis más (sonríe). Lo único que tengo claro es que quiero terminar mi carrera deportiva aquí. Después puede que siga dedicándome al fútbol, como entrenador.
- ¿Te gustaría seguir vinculado. en un futuro, a esta casa?
- Por supuesto que sí. Ahora te pregunto yo: ¿a quién no le gustaría terminar su carrera de¬portiva en el mejor equipo del mundo?
Buyo es gallego. Responde con preguntas. Con buenas preguntas.
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